Cinco maneras en que el profesorado puede usar las escape rooms para incentivar el pensamiento crítico
Las habilidades de pensamiento crítico de los/las jóvenes pueden fortalecerse con la ayuda de «Escape rooms” digitales. Estas crean un entorno interactivo donde los estudiantes deben analizar información, tomar decisiones y defender sus decisiones combinando rompecabezas, trabajo en equipo y desafíos del mundo real.
El proyecto Digital Escape Games for Social Entrepreneurship (DEGSE), Cofinanciado por el programa Erasmus+, muestra cómo estas herramientas pueden utilizarse para enseñar habilidades clave relacionadas con el aprendizaje social y emprendimiento. A continuación, se presentan cinco maneras prácticas en las que los educadores pueden aplicar las «Escape rooms» para desarrollar el pensamiento crítico en sus aulas o actividades juveniles.
1. Uso de escenarios complejos para fomentar el razonamiento
Las «Escape rooms” bien diseñadas incluyen desafíos que requieren conexiones lógicas entre pistas. Por ejemplo, identificar la conexión entre un problema social y una solución empresarial fomenta el pensamiento analítico. Los/Las educadores/as pueden diseñar secuencias que requieran comparar evidencias, priorizar opciones y anticipar consecuencias, exactamente el tipo de razonamiento que se utiliza en la toma de decisiones real.
Los/Las educadores/as pueden diseñar misiones que reflejen dilemas sociales o económicos reales. Esto ayuda a los/las estudiantes a reconocer que la mayoría de los problemas tienen múltiples soluciones posibles, fomentando el pensamiento flexible y estratégico.
2. Desarrollar la lógica del equipo mediante tareas compartidas
En la mayoría de «Escape rooms”, ningún/a participante puede resolverlo todo por sí solo/a. Los/Las alumnos/as deben dividir roles, gestionar el tiempo e integrar ideas. Este trabajo en equipo promueve la argumentación estructurada: explicar, defender y cuestionar opiniones. Los/Las educadores/as pueden observar y evaluar cómo los/las alumnos/as articulan su razonamiento en contextos grupales, un elemento fundamental del pensamiento crítico.
3. Fomentar el pensamiento estratégico y la adaptabilidad
Las «Escape rooms” generan presión temporal y giros inesperados. Estos elementos impulsan a los/las alumnos/as a probar estrategias y a ajustarlas cuando algo falla. Los/Las educadores/as pueden guiar la reflexión preguntando: ¿Qué estrategia funcionó mejor? ¿Por qué? ¿Qué harías diferente la próxima vez? Este análisis convierte el juego en aprendizaje cognitivo específico.
4. Incorporación de dimensiones éticas y sociales
Cuando los rompecabezas se vinculan con temas sociales como el cambio climático, la igualdad o el emprendimiento local, los/las estudiantes deben encontrar un equilibrio entre la eficiencia y los valores. Esta integración de la ética y la lógica refleja los verdaderos desafíos que enfrentan los/las emprendedores/as: pensar críticamente tanto en los resultados como en los impactos.
5. Ampliar el aprendizaje mediante la flexibilidad digital
Los elementos digitales hacen que estas actividades sean adaptables e inclusivas. Pueden realizarse a distancia, usarse en distintos idiomas y modificarse para adaptarse a diferentes niveles de complejidad. El kit de herramientas y el tutorial de DEGSE ayudan a los/las educadores/as a diseñar «Escape rooms» digitales que se alinean con los objetivos de aprendizaje en emprendimiento, innovación social y trabajo en equipo.
Aprendiendo a través del descubrimiento
Las «Escape rooms» combinan la participación con la reflexión intencionada. Cuando se utilizan con cuidado, permiten a los/las educadores/as ir más allá de la teoría y brindan a los/las estudiantes la oportunidad de reflexionar, analizar, debatir y evaluar cada paso. Así es precisamente como el pensamiento crítico se convierte en un hábito, no solo en una habilidad.
Iniciativas como DEGSE demuestran cómo el aprendizaje basado en juegos puede transformar la educación tradicional en un proceso introspectivo y exploratorio. Incorporar «Escape rooms» en clases o talleres no solo hace que el aprendizaje sea más interesante, sino que también capacita a los/las estudiantes para pensar críticamente, comportarse responsablemente y mejorar sus comunidades.