De Netflix a las organizaciones sin ánimo de lucro: lo que la cultura pop nos enseña sobre el emprendimiento social

Las plataformas de streaming nos han convertido en solucionadores de rompecabezas, estrategas y emprendedores de salón. Ya sea animando al cerebro de La casa de papel, mordiéndonos las uñas con Squid Game o presentando ideas junto a los aspirantes de Shark Tank, nos atraen las historias de personas que se enfrentan a situaciones imposibles y encuentran soluciones creativas. 

Pero, ¿y si la emoción de estas series pudiera convertirse en algo más que entretenimiento? ¿Y si ese mismo sentido de la urgencia y la creatividad pudiera inspirar a los jóvenes a abordar retos sociales reales, como el desempleo, el cambio climático o la inclusión? 

Eso es precisamente lo que se propone el proyecto Erasmus+ Digital Escape Rooms for Social Entrepreneurship (DEGSE). 

Por qué nos encantan los buenos retos 

La casa de papel nos muestra cómo la estrategia, la colaboración y el pensamiento innovador pueden convertir una situación desesperada en una oportunidad. Squid Game (de forma brutal) destaca cómo los sistemas sociales y la desigualdad determinan las decisiones de las personas. ¿Y Shark Tank? Revela el poder de presentar ideas con claridad, valentía y resiliencia. 

Estas series no tratan sobre aulas o libros de texto. Tratan sobre experiencias inmersivas que nos hacen sentir que lo que está en juego es real. Y ese es el mismo principio que subyace a los escape rooms que está desarrollando DEGSE: no solo «aprendes» el espíritu emprendedor, sino que lo vives a través del juego. 

Los escape games como campos de entrenamiento 

En lugar de robar la Casa de la Moneda, imagina que tú y tu equipo estáis «encerrados» en un centro comunitario local en dificultades. Tu misión: encontrar formas creativas de mantenerlo vivo diseñando un modelo de empresa social sostenible. 

O imagina un juego inspirado en Squid Game (sin la violencia, por supuesto) en el que la supervivencia depende de la colaboración y la empatía, no de la competencia. Cada rompecabezas resuelto desbloquea nuevas herramientas para abordar la desigualdad, la diversidad o la acción climática. 

Esto es lo que DEGSE ofrecerá para 2027: 

  • 10 juegos de escape digitales sobre retos de emprendimiento social. 
  • Un kit de creación y tutoriales para que el profesorado y los trabajadores juveniles puedan diseñar sus propias misiones. 
  • Una guía para monitores juveniles para una facilitación inclusiva. 
  • Recursos en seis idiomas, disponibles gratuitamente. 

 

Qué tienen en común la cultura pop y los escape games 

Ambos se basan en la narración, la tensión y la resolución de problemas. Ambos te mantienen enganchado con la sensación de que cada decisión importa. Y ambos pueden actuar como espejos de la sociedad, recordándonos los sistemas en los que vivimos, al tiempo que insinúan formas de cambiarlos. 

Para los jóvenes, esto significa pasar de ser espectadores pasivos a participantes activos en la configuración de su futuro. El ingrediente secreto aquí es la curiosidad. Cuando los jóvenes se sienten motivados para resolver un acertijo, también desbloquean una comprensión más profunda del mundo que les rodea. El proyecto convierte la curiosidad en competencia. Y eso puede ser el escape más poderoso de todos: del aprendizaje pasivo a la ciudadanía activa. 

Para los educadores, significa disponer de herramientas que atraen no a través de clases magistrales, sino a través de experiencias vividas y compartidas. Y para las organizaciones sin ánimo de lucro y las empresas sociales, ofrece una nueva forma de mostrar sus misiones en formatos basados en juegos y con los que es fácil identificarse. 

Más allá de la pantalla 

Aquí está el verdadero giro de la trama: a diferencia de las series de Netflix, las salas de escape no terminan cuando aparecen los créditos. Las ideas, el trabajo en equipo y la confianza que se construyen en ellas se extienden al mundo real. Los jugadores se van no solo con el derecho a presumir, sino con la mentalidad de un emprendedor social, curioso, resiliente y listo para actuar.